Autoestima, Educación Consciente

Nos tratamos a nosotros mismos igual que como nos trataron nuestros padres

???????????????????????

Quiero empezar este artículo con esta cita, extraída del libro: «El Poder está Dentro de Ti» de Louise Hay

«Cuando llegamos a adultos llevamos dentro 25.000 horas de cintas grabadas con la voz de nuestros padres. ¿Cuántas horas de esas cintas crees que te dicen que eres un ser maravilloso? ¿Cuántas te dicen que te aman y que eres inteligente y brillante? ¿O que eres capaz de ser lo que desees ser y que cuando seas mayor serás una gran persona? En realidad, ¿cuántas horas de esas cintas te dicen «No, no, no» en todas sus formas?
No es nada extraño que nos pasemos la vida diciéndonos «no», «debería». Lo que hacemos no es otra cosa que imitar esas viejas cintas. Sin embargo, son solo cintas, no la realidad de nuestro ser. No son la verdad de nuestra existencia. Son solo grabaciones que uno lleva dentro, y se pueden muy bien borrar o volver a grabar».

La verdad es que es una cita que llama a la reflexión y es esta reflexión la que quiero compartir con ustedes.

Desde el momento que emprendí mi camino de autoconocimiento he podido percatarme de muchas cosas que eran totalmente desconocidas para mí  hace un tiempo atrás. Cuando nos damos el trabajo de indagar en nosotros mismos, en nuestra historia, salen a la luz muchos aspectos de nuestra vida que yacían allí guardados, intocables, innombrables, rechazados, nuestra sombra. Ahora que menciono esto, hay una cita que ahora cobra significado para mí, la primera vez que la leí, algo me remeció, pero no lograba darle un significado a fondo, pues ahora la entiendo perfectamente:

“Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz, sino haciendo consciente la oscuridad” Carl Jung.

Esto pone de manifiesto que si queremos mejorar, cambiar algo que no nos gusta o no nos parece bien en relación a nuestra vida en cualquier ámbito, lo mejor que podemos hacer es hacer un viaje, un viaje a nosotros mismos. Y lo más importante es aceptar y reconocer que en este viaje nos tocará hacer estación en paisajes desconocidos y a veces poco agradables, nos enfrentaremos con dolores, miedos, angustias, aspectos de nuestra persona que no nos gustan…, parajes que no se veían porque no estábamos dispuestos a dar luz a ese lugar oscuro donde se encontraban , lo rechazábamos, por lo tanto eran invisibles, invisibles para nosotros solo, porque estaban allí, esperando ser descubiertos. Es aquí donde cobra real importancia el no seguir rechazando esta zona, sino atreverse a sumergirse en ella, reconocerla, comprenderla, integrarla, aceptarla…,iluminarla finalmente.

He expuesto lo anterior porque quiero llegar a nuestra infancia, lugar en donde comienzan a tomar forma y hacerse lugar estos sitios sombríos, estas sombras que a veces nos da miedo y rechazo ver y reconocer. Todo lo que hayamos vivido en nuestras infancias dio origen a la persona que somos ahora.

Todo aquello que escuchamos, vimos, sentimos, pensamos cuando éramos niños quedó guardado, grabado (como menciona la cita ) en lo más profundo de todos nosotros.

Todos esos NO que escuchamos, todos esos “deberías ser o tener…” Todos los: “Eres un mal niño”, “Eres egoísta”, “Todo lo haces mal”, “No sirves para nada”, “Por qué no eres como tu hermano” …, y podría seguir y seguir porque estas viejas cintas no acaban.

¿Te has visto alguna vez en una situación y te has escuchado diciéndote a ti mismo alguna de estas expresiones? O pueden ser otras también. ¿O te has visto negándote la posibilidad de algo que sabes que te hace feliz?

¿Cuántos NO habremos escuchado en nuestras infancias?, deben haber sido muchos para que hoy en día haya tantas personas que se niegan la posibilidad de ser y/o tener lo que les hace felices. Pues cuando somos adultos nos damos cuenta de este exceso de NO, cuando inconsciente y/o conscientemente nos lo decimos a nosotros mismos en muchos ámbitos de nuestra vida, negándonos así la posibilidad de expresarnos en plenitud.

¿Cuántos deberías escuchamos? Tienen que haber sido también bastantes para que hoy en día haya tantas personas que no se aceptan y se aman tal y como son. Porque al decirnos “debería…” no hacemos otra cosa que reproducir la no aceptación y la imposición de ser “distintos” que vivimos cuando éramos niños, cuando teníamos que ser sin discusión, lo que nuestros padres y nuestro entorno en general pedía y quería de nosotros.

-“Deberías ser más obediente”

-“Deberías compartir tus cosas”

-“Deberías sacar buenas calificaciones”

-“Deberías ser más ordenado”…

– «Deberías…, deberías…»

Esto era lo más fácil, en vez de indagar en el porqué de nuestras conductas cuando pequeños; no nos dejaban elección, solo nos quedaba adaptarnos a lo que se esperaba de nosotros. Puede que nuestras conductas hayan sido el  fiel reflejo del interior, del mundo interno de nuestros padres, la oportunidad que tenían de ver y dar luz a sus propias sombras…,pero no se aprovechó.

Ya lo he dicho en otro artículo que es desde la aceptación  y la aprobación de todo nuestro ser, con nuestras luces y sombras que  podemos mejorar algo o cambiar algo en nuestras vidas. Desde el rechazo y desde la imposición es difícil que lo logremos.

amarte a ti mismo

Lo que podemos hacer ahora que somos adultos al hacernos conscientes de estas grabaciones que llevamos con nosotros, es “reeditarlas”. Esto podemos hacerlo mirándonos al espejo, mirándonos a los ojos y decirnos de manera consciente todas esas cosas maravillosas que nos gustaría que alguien nos dijera o que nos hubiera gustado haber oído cuando eramos niños y nunca las escuchamos. Podemos hacerlo todos los días, dediquemos unos minutos de nuestro día a nosotros mismos. En un principio puede parecer difícil, esto depende de cada persona, ya que a medida que repetimos estas afirmaciones, sin querer se nos vendrán pensamientos o sentimientos acerca de nuestra persona que nos pueden ayudar a descubrir qué es lo que aún nos impide aceptarnos y amarnos.

-“Te amo y te acepto exactamente tal como eres”

-“Así tal como eres, eres maravilloso (a)”

-“Te amo mucho, infinitamente”

-“Eres capaz de lograr todo lo que te propones”

-“Confío en ti”

-“Eres una buena persona»…

Y así puedes decirte a ti mismo todo lo bello que desearías escuchar o haber escuchado.

De esta manera todas esas viejas cintas que ya no nos sirven, poco a poco irán quedándose en el pasado, se irán regrabando.

No nos critiquemos por nada. Eliminemos y liberémonos de los «debería», y cambiémoslos por «podría», ya que cuando te dices a ti mismo «debería…» suena como si estuvieras imponiéndote algo (tal como nos lo hacían cuando éramos niños) y esto da lugar a frustraciones, culpas, rabia. En cambio si actúas desde el «podría…», lo haces desde la elección, de esta manera sí veras cambios positivos, ya que estamos actuando a partir de la «elección», y no de la «imposición». Y por último, cuidémonos y no nos neguemos cosas que sabemos que nos hacen felices. 

Lo que menciono ahora puede parecer fácil, solo repetir y repetir frases positivas acerca de nosotros mismos, sin embargo lo importante es “creer en ellas” y para creer en ellas, en definitiva para volver a creer en nosotros mismos, es necesario que iniciemos nuestro trabajo interior. Basta con que te decidas a hacerlo y ya verás que la vida y el universo se encargarán del resto, ¡da el primer paso! Decidámonos a hacerlo, seamos  capaces de sumergirnos en ese lugar sombrío al que nos da tanto miedo penetrar…

«Esto es lo que todos queremos de niños, ser amados y aceptados exactamente como éramos, no cuando somos más altos, o más flacos, o más lindos. Pero no vamos a obtener esto de otras personas hasta que podamos obtenerlo de nosotros mismos. Sin embargo, mi mensaje es siempre el mismo: ámate a ti mismo. Amarte a ti mismo es la cura milagrosa y el camino hacia la paz». Louise Hay

                           

 

                         

8 comentarios en “Nos tratamos a nosotros mismos igual que como nos trataron nuestros padres”

  1. Lloro a mares. He indagado mucho en mis zonas sombrías, porque la maternidad me llevó a eso, pero me falta valor para verme al espejo y decirme cosas bonitas. Simplemente aún no puedo.

    Me gusta

Deja un comentario